¡Por lo que más quiera no utilice una sierra!

Sé que es genial tener a unos muertos al alcance y usted con la corta-árboles en sus brazos. Sí, se ve genial lanzarse a grito de guerra y diciendo frases como "¡¡Ya llegó tu hora!!" o "¡Morid malditos!" "¡Ahora si, comedme la polla desgraciados!" Para terminar atravesando a cinco ó diez sacos de pus, para acabar con una enorme sonrisa en el rostro —además de mucha sangre y un regaño de su pareja, si aún existe (o si existio alguna vez)— pero tiene el problema combinado de la escopeta y el móvil: terminará como la campanilla de la cena, con el plus de no tener suficiente gas para acabar con los invitados.